Rachel y Laura , dos amigas inseparables de 16 años que se envolverán en una historia
de amor y odio. Aunque ciertos problemas se ciernen sobre ellas a lo largo de la historia ,
conseguirán superar todos los obstáculos y problemas con las mayores sensaciones de todas, la esperanza y la ilusión.

miércoles, 16 de noviembre de 2011

CAPÍTULO 10. La playa.

       Rachel sonrió, allí estaba. Se apartó de Victor y fue corriendo a Álvaro. Éste la devolvió la sonrisa. Victor miraba mientras ellos dos hablaban.

- Has venido al final - comenzó a decir Rachel .
- Faltaría más .. Me has pedido que viniera, ¿no? - respondió Álvaro con una sonrisa.

       Rachel le abrazó. Le tenía allí. Después de la tormenta siempre llega la calma, ¿no? y efectivamente después de todo lo malo estaba allí, abrazándole sin querer dejarle ir. Victor no podía verlo, ¿le estaría empezando a gustar aquella chica?. Rachel y Álvaro seguían hablando y riendo. La chica tenía una sudadera atada a la cintura y la cogió para ponérsela; tenía frío. Él la miró y se la quitó para hacerla de rabiar. El chico echó a correr y ella medio cabreada corrió detrás de él, pero no lograba alcanzarle. Victor no quería seguir contemplando aquello, antes de ir a aquella playa pensó que la noche iba a ser muy diferente. ¿Qué estaba haciendo allí? Volvería junto a los otros dos y después se iría. Allí no pintaba nada. Álvaro se paró y ella logró alcanzarle cogiendo su sudadera. Él la agarró de la cintura y la obligó a tumbarse en la arena con sus manos y luego se tumbó junto a ella.

- Eres como una tortuga , eh - rió el chico.
- Mucha gracia no es que me haga, ¿sabes?.
- ¿Sabes? Estás más guapa cuando te enfadas.

          Rachel le miró y éste la guiñó un ojo. Ella se tumbó boca abajo apoyando los codos en el suelo y levantando el cuerpo. Se acercaban cada vez más, le sacaba de quicio aquel chico, pero le encantaba. Hasta que volvieron a besarse. El día anterior ya lo hicieron, y esa noche lo volvían a repetir. Sin interrumpciones, o eso creían ellos ..

Un poco lejanos a ellos, en otro lado de la playa ..

        Laura y Pablo encendieron una fogata, ni se habían dado cuenta de lo que pasaba con los otros dos, o que ahora mismo eran tres. Laura intentaba hacer fuego de rodillas y Pablo montaba las tiendas de campaña. No conseguía encenderle, pero no se daba por vencida. Miraba cómo su "novio" con agilidad montaba aquellos .. Cacharros, sí, ahora mismo no se la venía ninguna otra palabra para identificarlos.

- Ya está, encendida - dijo Laura con alegría. Pablo se giró y la sonrió.
- Menos mal que sirves para algo - rió Pablo. La chica se dio la vuelta y se levantó.
- No te me pongas chulo, que tú sólo sirves para una sóla cosa.
- ¿Ah, sí?. ¿Para qué?
- Para hacerme feliz.
 
           Pablo la miró y la besó. Aquella chica era increíble. Decidieron darse un baño. Se quedaron en bañador y el chico le extendió su mano. Ella la agarró y le siguió hasta el agua. De noche era todo más bonito. Estaban haciéndose ahogadillas, Laura no tenía demasiada fuerza, por lo que solo movía el agua y le mojaba. Se estaban mirando fijamente cuando a ella la tocó algo en el pie que la arrastró debajo del agua inesperadamente. No la dio tiempo a gritar.

- Pabl... !

No hay comentarios:

Publicar un comentario